A cientos de kilómetros de la superficie de los agujeros negros, el espacio se convierte en un auténtico sumidero cósmico. Estos objetos generan torrentes de moléculas de gas que caen hacia el interior del agujero a velocidades próximas a las de la luz.
Sin embargo, no todo acaba devorado por su fuerza. El satélite integral de la ESA, ha logrado detectar partículas un milisegundo antes de que quedasen atrapadas en un agujero negro. Según sus observadores, una parte de ellas lograba escapar. Los astrónomos mantienen que en esta región estelar hay una compleja red de campos magnéticos.
Estos campos tienen una enmarañada estructura que forma una especie de túneles por los que algunas partículas logran huir del pozo gravitatorio.
Autor: Alejandro González Ruiz.
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